Paso a paso, golpe a golpe, asalto a asalto...




     Siguiendo la moda cinematográfica actual de los remakes/secuelas/reboot/spin-off/lo que sea, le toca a otra saga mítica de nuestra juventud/infancia pasar por este aro, aunque he de reconocer que en este caso, el resultado me ha sorprendido muy gratamente. Me refiero a Creed, la leyenda de Rocky, uno de los estrenos mas recientes que han llegado a nuestras carteleras. 

   La película ha sido dirigida y escrita por Ryan Coogler, dirigida con gran talento, hay que decirlo, hay un par de planos secuencia en el metraje impresionantes, la forma en que la cámara nos lleva por los pasillos hasta llegar al ring es magistral, intuyo que nos encontramos ante un director con un gran futuro, de hecho, Marvel ya se ha encargado de ficharlo para que dirija próximamente Pantera Negra. Un detalle que sí me gustaría resaltar, la filmación del boxeo, se nota un tono mucho más realista en los combates, sin perder espectacularidad, en parte debido a la inclusión de boxeadores auténticos en los papeles de los rivales del protagonista.



   En lo que se refiere al guión, posiblemente nos encontremos ante el mejor de toda la saga, la trama, los giros, y sobre todo, los diálogos son impactantes. Hay frases a lo largo de la película,  que son auténticas lecciones de vida…”Ese que te mira fijamente en el espejo, puede ser tu principal rival. En el momento que consigas dominarlo, estarás preparado para cualquier desafío”, y otras por el estilo, o incluso más profundas. 



     La sinopsis se podría resumir, sin desvelar mucho, de la siguiente manera: Adonis Johnson, es el hijo ilegítimo del difunto campeón de boxeo Apollo Creed, que falleció antes de que él naciera. Con un pasado conflictivo, entre casas de acogida, y reformatorios, es adoptado por la viuda del púgil, pero con el paso de los años queda claro, que lleva el boxeo tanto en los genes, como en la sangre. Abandona una prometedora carrera, para dedicarse por completo a boxear, siguiendo los pasos de su padre, pero alejándose de su sombra. Al no conseguir suficiente apoyo en su ciudad, Los Ángeles, decide viajar a Philadelphia, para intentar convencer al gran rival de su padre, Rocky Balboa, para que le entrene. Juntos, afrontarán varias luchas, tanto en el ring, en el caso del joven, como en la vida, en el caso de Rocky, que se enfrenta a su combate más complicado, esta vez fuera del cuadrilátero.



     Vamos con las interpretaciones. El protagonista, Michael B. Jordan, sin tener un parecido físico muy notable con su padre en la ficción, clava los gestos, miradas e incluso, algunos movimientos de boxeo, haciéndonos creer, que es su verdadero hijo. Su conexión con el otro protagonista, es fundamental para el desarrollo de la película. De el otro vamos a hablar ahora, para mí la gran sorpresa, la actuación bestial de Sylvester Stallone, está claro que le tiene cogido el punto al personaje, pero en esta ocasión, lo lleva a un nivel nunca visto en las anteriores películas de la saga, y la simbiosis casi perfecta que tiene con Jordan hace que el espectador se conmueva por la evolución de ambos personajes, por el desarrollo de sus luchas con sus respectivas circunstancias.



     En lo que se refiere a la música, sin usar la banda sonora habitual de la saga, el compositor Ludwig Göransson, aporta unos temas muy acertados, tanto en la épica deportiva, como en los momentos más íntimos y emocionales.

     Extrayendo una conclusión final, la palabra clave sería LEGADO, tanto dentro, como fuera de la trama. Se puede aplicar el término al protagonista, y la forma que asume su herencia y su origen. El modo en que vemos como Rocky, después de todo su bagaje anterior, deposita su experiencia y sus conocimientos, sobre su protegido, y ya fuera de la pantalla, la forma en que esta película, quien sabe, si la primera de una nueva saga, recoge el legado de la historia de nuestro viejo amigo el Potro Italiano.



     Una cosa sobre esto último. No se actualmente, si habrá planes para una secuela o continuación de la franquicia, pero desde luego, el final de la película, como tal, me parece un cierre a la altura, de lo mejor de toda la saga, y la mejor manera de representar en la pantalla, la palabra que antes hemos mencionado: LEGADO.


     Un frikisaludo.

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