La era de la magia.
Es
muy curioso el tema de la nostalgia televisiva,
tendemos a recordar programas o series por lo que han significado
para nosotros antes que por su calidad,ya puede ser la serie mas
irregular o el concurso más chorras de la época, que como nos haya
caído en gracia en su momento,da igual que lo comparemos con la
mayor de las obras maestras televisivas,sale ganador.
A
mi me sucede algo similar con una miniserie de finales de los 90,
concretamente de 1998,pero claro, aquí hay truco, un servidor es un
autentico fanático de las leyendas artúricas y, cuando me ponen
delante el nombre Merlín,ya me puedo olvidar de todo, que es asunto
prioritario el visionado de lo que sea que se llame así.
No
quiero decir que no tenga calidad la miniserie, que la tiene,y
mucha,aunque el paso del tiempo no le ha tratado todo lo bien que se
merecía, lo que quiero decir es que soy consciente que hay productos
televisivos de mayor calidad desde aquella época, pero que el poso
que me ha dejado Merlín, por la razón que sea, es mayor, en cuanto
a nostalgia se refiere, así que... vamos al lio¡¡
Su
productor fue Robert Halmi Sr., especializado en miniseries
fantásticas,(Los viajes de Gulliver, La leyenda de Terramar) y
mitologicas,(La Odisea, Jasón y los argonautas), y en la dirección
encontramos a Steve Barron, habitual de videoclips, y de titulos como
Sueños electricos, la primera entrega de Tortugas Ninja(1990), Los
Caraconos(...), o Pinocho, la leyenda.
Llegamos
a uno de los puntos fuertes, el casting, cuando aun no era habitual
encontrar en televisión rostros importantes del medio
cinematográfico, nos presentan un reparto encabezado por un
grandísimo Sam Neill como Merlín a quien secundan de forma
espectacular interpretes como Helena Bonham Carter (Morgana), Miranda
Richardson (Raina Mab/ Dama del lago), Martin Short (Frick), Isabella
Rossellini (Nimué), John Gielgud (Constantino), Rutger Hauer
(Vortigern), James Earl Jones (Rey Montaña), e incluso una joven
Lena Headey como la reina Ginebra(si, lo de reinar ya le venía de
joven...). Si acaso se echa en falta mas presencia en algunos
personajes importantes del mito tales como el rey Arturo, su padre
Uther Pendragon, o el caballero Lancelot o el malvado Mordred, sin
embargo, los actores, aunque apenas conocidos, cumplen en sus roles
(bueno, salvo Paul Curran como Arturo, que cada vez que comparte
escena con Sam Neill,no sale muy airoso).
En
cuanto a la banda sonora, nos encontramos como responsable a un gran
Trevor Jones (El ultimo mohicano, En el nombre del padre, Notting
Hill), que le da un toque de clase y calidad al score de la serie,
siempre acompañando a las imágenes y trama como pocas veces se
había visto antes en el medio televisivo.
El
guión corre a cargo de tres escritores, Peter Barnes, David Stevens
y Edward Khmara, los dos primeros desarrollan su carrera
prácticamente en la televisión, mientras que Khmara,a pesar de
tener una corta filmografía cuenta con los libretos de Lady
Halcón,Enemigo mío y Dragón, la vida de Bruce Lee.
Y
vamos ya con ello precisamente, con la trama. En ella nos cuenta el
mito de los Pendragon desde el punto de vista de Merlín con alguna
que otra variación,sobre todo en lo que a su historia personal se
refiere.
Nos
encontramos en Inglaterra, en la época del auge del cristianismo. La
reina Mab, soberana del mundo mágico ve como esta religión está
consiguiendo que la gente deje de creer en la magia, la antigua
tradición, como se le llama aquí, y para ello debe de buscar a un
líder hechicero que devuelva al pueblo a esas creencias. Después de
intentarlo con su hermana, la dama del lago,sin conseguirlo,
encuentra a un niño recién nacido, después de dejar morir a su
madre, lo llamará Merlín, y promete que volverá a por el cuando
esté preparado. El niño crece, y cuando ya es un adolescente, para
salvar a Nimué, una joven de la que se enamorará, recurre para su
sorpresa a la magia. Este hecho provoca que Merlín deba ir junto a
Mab para aprender las artes mágicas, que le enseñará el ayudante
de Mab, Frick.
Posteriormente,
la Dama del Lago le cuenta a Merlín lo que ocurrió el día de su
nacimiento, por lo que este huye y vuelve a su casa, junto a su tía
Ambrosía, quien lo crió. Al llegar encuentra a su tía moribunda a
causa de las artes de la reina de la magia, por lo que hace un
juramento de sangre, según el cual, acabará con Mab de la forma que
sea.
A
partir de aquí para conseguir ese medio, vemos como Merlín
interviene junto a personajes como Vortigern, y más tarde Uther
Pendragón, en hechos que cambiarán la historia de Inglaterra, pues
una de las misiones principales del mago, es asegurar que un buen rey
se siente en el trono, primero cree que lo consigue con Uther, pero
debido a las artes de Mab y a la propia avaricia del rey, sus planes
no llegan a buen término, por lo cual su esperanza se centrará
sobre todo en el heredero de Uther, Arturo. Todo esto, mientras vemos
como evoluciona la relación de Merlín con Nimué y como llegan
otros personajes, tales como Morgana, Lancelot, Ginebra, Mordred,
etc...y todo llevará a un enfrentamiento final entre Merlín y la
reina Mab con el destino de Inglaterra en juego.
Sí
que hay que destacar, a menos en mi caso, un final distinto a la
historia que conocemos, pero que a mi me sorprendió y me encantó.
Lejos
de la rigurosidad y el tono solemne de la obra referente del mito
artúrico, la película Excalibur de John Boorman, aquí nos
encontramos un tono más distendido, familiar, fantástico, pero
sobre todo, como no podía ser de otra manera, mágico. La miniserie
rebosa magia, durante sus 185 minutos, vemos criaturas, hechizos y
una tierra rodeada y repleta a la vez, de pura magia.
Hay
que destacar también que la miniserie fue nominada a 15 premios
Emmy, ganando los de vestuario, maquillaje, dirección artistica y
efectos especiales. Así mismo, en los globos de oro estuvo nominada
en categoría de miniseries a los cuatro premios principales,
miniserie, actor, actriz y actriz secundaria.
Un
frikisaludo.
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